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MOSTOVOI

Conocido como el Zar, Aleksandr Mostovoi se convirtió uno de los máximos idolos de una afición viguesa que disfrutaba con el descaro del crack ruso.

Su etapa en el club resultó memorable. Llegó a un equipo modesto y de la mano de un equipo irrepetible, consiguieron hitos nunca antes alcanzados. De sus botas salía magia, ese pase imposible, ese gol impensable. Su velocidad no estaba en las piernas, sino en su cabeza que siempre dibujaba la jugada perfecta.

Su particular estilo de regate, con los pies clavados en el suelo y un simple movimiento de cadera, le sirvió para ser la pesadilla de las defensas rivales. Su golpeo de balón, el cual mostraba en esas faltas a la escuadra contraria o en esos centros milimétricos, hizo disfrutar a la afición celeste con tardes para la historia.

 

Comenzó su carrera deportiva en las secciones inferiores del CSKA de Moscú y con 16 años fichó por el Spartak donde saltó a la fama. Permaneció allí cuatro temporadas, hasta que en 1991 se marchó al fútbol luso para jugar en las filas del Benfica. Tras su paso por el Benfica, Caen y Estrasburgo aterrizó en Vigo en 1996, ya como internacional con la selección absoluta de su país.

El Zar permaneció en el RC Celta hasta 2004. Su debut en la Liga española se produjo el 22 de septiembre de 1996, en un Celta-Betis (0-2). En estancia en el conjunto olívico con jugadores como Mazinho, Revivo, Makélélé, Gudelj, Gustavo López, Patxi Salinas o  Karpin; dando lugar a los mejores años vividos por el club hasta el momento.

Entre otros logros, es el tercer jugador que más partidos tiene con la camiseta celeste en primera división (235 partidos), solo por detrás de Iago Aspas y Hugo Mallo, además del undécimo goleador con 72 tantos y el máximo asistente (66 asistencias).

Fuente: Yo Jugué en el Celta